Charles G. Finney
Charles Grandison Finney, (29 de agosto de 1792 – 16 de
agosto de 1875), a menudo llamado “El más importante restauracionista
estadounidense,” fue un importante líder del segundo gran despertar cristiano
de Estados Unidos, el cual tuvo un profundo impacto en la historia social de
los Estados Unidos.
Vida
Charles nació en Warren, Connecticut, y era el menor de
siete hermanos de una familia de granjeros. Finney nunca asistió a la
universidad. Sin embargo, su elevada estatura, sus ojos azules, su habilidad
musical, y capacidades de líder le permitieron destacar en su comunidad.
Estudió como aprendiz de abogado, pero después de haberse convertido a la fe
mediante una experiencia dramática en Adams, Nueva Yorka la edad de 29, Finney
se convirtió en ministro de la iglesia Presbiteriana.
Finney se mudó a Nueva York en 1832 donde fue pastor en la
capilla Presbiteriana libre de la calle Chatham y más adelante fundó y fue
pastor del Broadway Tabernacle, hoy conocida como Iglesia Unida de Cristo en
Broadway.1 Las presentacione claras y lógicas de Finney del mensaje del
Evangelio atraían a numerosos fieles. Algunas estimaciones afirman que su
predicamento convirtió a más de 500.000 personas. Finney era conocido por sus
innovaciones al predicar y en la conducción de reuniones cristianas, tales como
permitir que las mujers oraran en publico y el establecimiento de la
"banca ansiosa," un sitio donde podían acudir a orar aquellas
personas que estaban pensando convertirse al cristianismo.
Además de ser un exitoso predicador evangelista cristiano,
Finney se involucró con el movimiento abolicionista y frecuentemente desde su
pulpito denunciaba la esclavitud. A partir de mediados de la década de 1830
Finney le niega la comunión a los propietarios de esclavos. Antes de su
conversión, Finney había sido un miembro de la masonería (al igual que la
mayoría de los abogados de ese tiempo), aunque luego se convertirá en un feroz
oponente de la masonería, y escribe un largo libro atacándola titulado
"The Character, Claims, and Practical Workings of Freemasonry".
En 1835, se mudó a Ohio donde trabajó de profesor, y luego
fue presidente del Oberlin College entre 1851 – 1866. Oberlin era un importante
terreno para desarrollar el movimiento que pondría fin a la esclavitud, y uno
de los primeros colegios estadounidenses donde se educóen forma conjunta a
hombres de razas blanca y negra.
Influencia de Finney en los movimientos cristianos
estadounidenses
Como nación nueva que era, durante el siglo XIX Estados
Unidos estaba sintiendo los efectos de un gran movimiento social, y durante
este período se vio el nacimiento de un gran número de movimientos cristianos
independientes restauracionistas, tales como losMormones(1830), el Millerismo
(a partir de 1830) y otros movimientos derivados como los Testigos de Jehová
(1870), y la Iglesia Adventista del Séptimo Día (1863). La expansión de la
nación hacia el oeste trajo consigo una plétora de oportunidades y
predisposición para considerar nuevas ideas, una actitud que influenció las
creencias de la gente.
Finney fue el restauracionista cristiano más exitoso durante
este período, y en esta zona en particular. Mientras que grupos como los
Testigos de Jehová, Mormones, y Adventistas del Séptimo día se convirtieron en
exclusivos y cerrados, Finney era muy admirado y ejercía una significativa
influencia sobre los cristianos en general. Finney nunca estableció su propia
iglesia o culto, y nunca se arrogó ninguna característica especial de liderazgo
profético que lo elevara por sobre otros evangelistas o restauracionistas.
Aquellas denominaciones cristianas que eran más flexibles
como los Bautistas y Metodistas, tuvieron éxito en captar muchos de los
convertidos por Finney a sus iglesias, mientras que aquellas iglesias más
tradicionales como los presbiterianos no tuvieron tanto éxito.
Finney tuvo una influencia primaria en el estilo de
“renacimiento” de la teología que surgió en el siglo XIX.A pesar de provenir
del calvinismo, Finney rechazó varios puntos del “viejo calvinismo divinista”
que consideraba que no estaban de acuerdo con la Biblia además de que parecían
oponerse al evangelismo y a la misión de los cristianos.
En su teología Finney se oponía a la doctrina calvinista
como lo expresa en su obra "resurgimientos religiosos". En esta obra,
él sostiene que la salvación se basa en la voluntad humana de arrepentirse y no
es impuesta por Dios sobre las personas en contra de la voluntad de ellas.
Su rechazo al calvinismo no fue total. En su obra Teología
sistemática, Finney abraza la doctrina calvinista de la "Perseverancia de
los Santos" aunque acota que "He tenido grandes dudas en formarme y
expresar mi criterio con respecto a la [Perseverancia de los Santos], mucho más
que con cualquier otro tema de la teología".
Quedan preguntas sobre cómo es que Finney veía el
significado de la muerte de Jesús en la cruz. Su opinión es compleja.
Además de hacer de la muerte de Cristo la pieza central de
la justificación, más bien que de la obediencia de Cristo, la interpretación de
Finney del atonement era que satisfizo la “justicia pública” y que abrió las
puertas para que Dios perdonase a la gente sus pecados. Ésta era la opinión de
los seguidores de Jonatán Edwards, el así llamado Nueva Divinidad que era
popular en aquella época. En esta interpretación, la muerte de Cristo satisfizo
la justicia pública más bien que una justicia de retribución. Finney decía que
no era una “transacción comercial”. Esta interpretación, conocida típicamente
como el punto de vista gubernamental u opinión moral del gobierno, se
diferencia del punto de vista calvinista en donde los sufrimientos de Jesús igualan
la cantidad de sufrimiento que los cristianos experimentarían en el infierno.
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EL AVIVAMIENTO
Por Charles G. Finney
Capítulo 2
CUANDO HAY QUE
ESPERAR UN AVIVAMIENTO
"¿No volverás a darnos vida, para que tu pueblo se
regocife en ti? (Salmo 85:6.)
1. Cuando hay falta de amor fraternal y confianza cristiana
entre los que profesan ser religiosos, entonces es necesario un avivamiento.
Entonces hay una clara Ilamada de Dios para avivar su obra.
2. Cuando hay disensiones, celos, murmuraciones entre los
que profesan ser religiosos, entonces hay gran necesidad de un avivamiento.
Estas cosas muestran que los cristianos se han alejado de Dios, y es hora de
pensar seriamente en un avivamiento.
3. Cuando hay un espíritu mundano en la Iglesia. Es evidente
que la Iglesia se ha hundido en un estado bajo y resbaladizo, cuando se ve a
los cristianos que se ajustan al mundo en cuanto a vestido, comportamiento y
fiestas, buscando diversiones mundanas, leyendo novelas y otros libros que el
mundo lee.
4. Cuando la Iglesia encuentra que sus miembros caen en
pecados graves y escandalosos, es el momento de despertar y clamar a Dios por
un avivamiento de la religión.
5. Cuando los pecadores son descuidados e indiferentes, es
hora de que los cristianos se muevan. Es su deber, no menos que lo es el de los
bomberos cuando suena la campana de incendios, en una gran ciudad, el ir a
apagarlo. La Iglesia tendría que apagar los fuegos del infierno que alcanzan a
los malvados. ¡Dormir! ¿Puede dormir el bombero y dejar que arda toda la ciudad?
¿Que pensaríamos de un bombero asi? Y con todo, su culpa no puede compararse
con la de los cristianos que duermen mientras los pecadores que les rodean se
van hundiendo en los fuegos del infierno.
6. Si un ministro encuentra que ha perdido en algún grado la
confianza de su grey, tendría que trabajar para un avivamiento, como el único
medio de ganar la confianza de los suyos otra vez. Y no ya para ganar su
confianza, sino que un avivamiento conseguido por medio de él como instrumento
restaurará la confianza de los suyos que oran. De modo que si un anciano o un
miembro particular de la Iglesia encuentra a sus hermanos fríos hacia él, sólo
hay un modo de restaurarlos. Es siendo avivado él mismo, vertiendo desde sus
ojos e irradiando de su vida el esplendor de la imagen de Cristo.
El hecho es, que los cristianos tienen más culpa de no ser
reavivados que los pecadores de no ser convertidos.
7. Una Iglesia que declina de esta manera no puede continuar
existiendo sin un avivamiento. Si recibe nuevos miembros, éstos, en general,
serán personas poco o nada piadosas. Sin un avivamiento no habrá,
probablemente, tantas personas nuevas convertidas como las que morirán en un
año. Ha habido iglesias en este pais cuyos miembros se han ido muriendo, y como
no había avivamientos para convertir a otros en su lugar, la Iglesia ha ido
muriendo y la organización se ha disuelto.
8. Sin un avivamiento los pecadores se irán endureciendo
bajo la predicación y experimentarán una condenación más horrible que si no
hubieran oído el Evangelio. Vuestros hijos y amigos irán a una condenación más
horrible en el infierno, como consecuencia de no hacer caso de los medios de
gracia, si no hay avivamientos para convertirlos a Dios. Mejor sería para ellos
que no hubiera medios de gracia, ni santuario, ni Biblia, ni predicación, que
el vivir y morir donde no hay avivamiento. El Evangelio es un cauce para llevar
la muerte o lo muerto, si no es hecho un cauce de vida para vida.
9. No hay otro medio por el cual la Iglesia pueda
santificarse, crecer en la gracia y ser preparada para el cielo. ¿Qué es crecer
en la gracia? ¿Es oír sermones y oír nuevas nociones sobre religión? No; de
ninguna manera. El cristiano que hace esto, y nada más, está empeorando cada
día, se endurece y cada semana será más dificil ponerle a la altura de su
deber.
10. Puede esperarse un avivamiento cuando los cristianos
tienen un espíritu de oración para el avivamiento. Esto es, cuando oran como si
sus corazones estuvieran dedicados a ello. A veces los cristianos no se dedican
de modo definido a orar por un avivamiento, ni cuando son fervientes en la
oración. Su mente está en otras cosas; oran por otras cosas --la salvación de
los paganos y cosas así-- y no por un avivamiento entre ellos mismos. Pero
cuando sienten la necesidad de un avivamiento, entonces oran pidiéndolo;
sienten que lo necesitan para sus propias familias y la vecindad; piden por
ellos como si no se les pudiera negar aquello que piden.
¿Qué es lo que constituye un espíritu de oración? ¿Son
muchas oraciones y palabras fervientes? ¡No! La oración es un estado del
corazón. El espíritu de oración es un estado de deseo continuo y ansia de la
mente para la salvación de los pecadores. Es algo que pesa sobre uno. Es Io
mismo, en cuanto se refiere a la mente, que cuando un hombre está ansioso por
algún interés mundano. Un cristiano que tenga este espíritu de oración siente
angustia por las almas. Este es el tema de sus pensamientos en todo momento, y
hace que parezca y que obre como si tuviera una carga en su mente. Piensa en
ello de día, sueña en ello de noche. Esto es propiamente el "orar sin
cesar". Sus oraciones parecen fluir del corazón como fluiría un líquido:
"Oh, Señor, aviva tu obra." Algunas veces este sentimiento es muy
profundo; hay personas que se han inclinado tanto orando que su espalda ha
quedado doblada.
11. Este espíritu no es en modo alguno entusiasmo. Es
exactamente lo que sentía Pablo cuando dice: "Hijitos míos, por quienes
sufrí dolores de parto." El sufrimiento de esta alma es una profunda
agonía, que las personas sienten cuando han echado mano de Dios para esta
bendición, y no le dejan ir hasta que la reciben. No quiero decir que es
esencial para un espíritu de oración que su tensión tenga que ser asi. Pero un
deseo ferviente, persistente, profundo, para la salvación de los pecadores es
lo que constituye el espíritu de oración para un avivamiento.
12. Cuando este sentimiento existe en una iglesia, a menos
que este espíritu sea agraviado por el pecado, habril infaliblemente un
avivamiento de cristianos, generalmente, el cual implicará la conversión de
pecadores a Dios. Un pastor me contó una vez de un avivamiento entre su grey,
que había comenzado con una mujer celosa en la fe y de gran piedad de la
Iglesia. Esta mujer sentía ansia por los pecadores, y se entregó a orar por
ellos; oró y su afiicción aumentó; y finalmente fue a su pastor y habló con él,
pidiéndole que convocara una reunión para personas interesadas, porque sentía
que era necesario. El pastor no compartió su opinión, porque él no sentia que
hubiera esta necesidad.
La semana siguiente ella fue a verle otra vez y le rogó que
convocara esta reunión. Ella sabía que alguien acudiria, porque sentía que Dios
iba a derramar su Espíritu. El pastor se negó otra vez.
Finalmente ella le dijo: "Si usted no convoca la
reunión, yo voy a morir, porque no me cabe la menor duda que va a haber un
avivamiento." El domingo siguiente el pastor convocó la reunión, y dijo
que si algunos deseaban conversar con él sobre la salvación de su alma, podrian
reunirse con él una noche de la semana, que indicó. No sabía que hubiera nadie
interesado, pero cuando se dirigió al lugar de la reunión se quedó aturdido al
ver una gran cantidad de personas ansiosas de inquirir. ¿Ahora bien, no creéis
que esta mujer sabía que iba a haber un avivamiento? Llámese esto como se quiera,
una nueva revelación, o una vieja revelación, o lo que sea. Yo digo que fue el
Espíritu de Dios el que enseñó a esta mujer, que oraba, que iba a haber un
avivamiento. "El secreto del Señor" estaba con ella, y ella lo sabía.
Sabía que Dios había estado en su corazón, y lo había lienado a rebosar.
13. Puede esperarse un avivamiento religioso cuando los
cristianos empiezan a confesar sus pecados unos a otros. En otras ocasiones
confiesan sus pecados de un modo general, como si no lo hicieran del todo en
serio. Pueden hacerlo en lenguaje elocuente, pero esto no significa nada. Pero
cuando hay un sincero quebrantamiento, y un derramamiento del corazón en la
confesión del pecado, las compuertas están a punto de estallar y la salvación
lo inundará todo.
14. Puede esperarse un avivaimento cuando los cristianos
están dispuestos a hacer los sacrificios necesarios para que tenga lugar.
Tienen que estar dispuesto a sacrificar sus sentimientos, sus negocios, su
tiempo y ayudar en la obra. Los pastores deben estar dispuestos a exponer su
fuerza y arriesgar su salud y su vida. Tienen que estar dispuestos a ofender al
impenitente con sus palabras fieles y claras, y quizás a ofender a muchos
miembros de la la Iglesia que no querrán acudir para trabajar. Pero deben adoptar
una actitud decidida ante el avivamiento, pase lo que pase. Deben de estar
preparados a seguir trabajando aunque pierdan el afecto de los no penitentes y
de la parte fría de la iglesia. El ministro debe estar preparado, si es la
voluntad de Dios a perder su posición como pastor en aquella iglesia. Debe
estar decidido a seguir adelante con rectitud y dejarlo todo a la mano de Dios.
15. Conozco a un pastor que tenía a un joven que trabajaba
con él en un avivamiento. El joven predicaba la pura verdad y esto a los
pecadores no les gusta. Estos dijeron: "Nos gusta el pastor y que predique
él" Finalmente, le presionaron tanto que el pastor dijo al joven:
"Fulano de tal, que da tanto para la obra, dice esto; Mengano dice aquello
y Zutano lo mismo. Estas personas creen que se romperá la unidad de la iglesia
si continúas predicando y, por tanto, creo que sería mejor que no predicaras
más." El joven se marchó, pero el Espíritu de Dios se retiró
inmediatamente del lugar y el avivamiento terminó. El ministro, al ceder ante
los deseos malvados de los inicuos, alejó a Dios, por miedo de que el diablo le
expulsara de allí. De modo que para satisfacer al diablo ofendió a Dios. Y Dios
ordenó de tal modo el curso de las cosas, que al poco tiempo el pastor tuvo que
dejar aqueIla iglesia, después de todo. EL intentó pasar por entre el diablo y
Dios, y Dios lo echó.